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Casa Árbol de la Vida es una Asociación Civil que desde sus orígenes ha recibido a cientos de enfermos terminales que se encuentran en situación de abandono y les ha dado no solo la oportunidad de tener un lugar donde dormir, comer y ser atendidos, sino también de compartir su experiencia con otras personas para transmitir un mensaje de vida y al final, un lugar donde puedan morir dignamente. Dichas enfermedades son Cáncer, VIH/SIDA, Parálisis Cerebral, Alzheimer, Epilepsia, Esquizofrenia, Cirrosis y Retraso Mental, por mencionar algunas. Salen adelante por medio de donativos en especie, económicos y recursos forjados por ellos mismos.

lunes, 14 de junio de 2010

Lección de Vida


Soy Eduardo, tengo 28 años, llegue aquí a Árbol de la Vida hace 6 meses por problemas de alcohol, de drogas y por la enfermedad del VIH, antes de tener la enfermedad no me drogaba, empecé a drogarme cuando me enteré del diagnóstico, mi familia se enteró y empecé a beber y a drogarme más, me salí de mi casa y estuve en la calle viviendo una temporada, luego empecé a conocer gente que me dejaba quedar en su casa, me empecé a inyectar, me metía ya cosas más fuertes, empecé a caer en el hospital, en un año caí como 10 veces. Cuando llegué al hospital, me detectaron una enfermedad en la cabeza que es incurable, ya me han hecho varias operaciones y no he quedado bien, se llama criptococosis, me han dicho los doctores que no se me va a quitar y que no voy a quedar bien. La última vez que fui al hospital, llegué inconsciente, no podía mover mi cuerpo, no podía hablar, me puse muy mal, me tuvieron que operar, tengo un catéter en la cabeza que se tapó y lo tuvieron que destapar, ya estoy mejor pero hay veces que se me olvidan las cosas, cuando regreso sólo del doctor, no se para donde voy, mejor me siento un rato, veo el lugar y me ubico un poco, también dejé de estudiar, deje de hacer muchas cosas, yo era un chavo bien, normal, andaba en patineta, en bicicleta, iba a excursiones y todo eso, pero después de todo esto me vine abajo.
Mi familia no me apoya, mis abuelos ya son grandes, me dio tuberculosis pulmonar y cuando se enteraron y les dijeron los cuidados que necesitaba se asustaron y mi abuelo me dijo que no regresara a la casa porque yo los iba a contagiar de algo. A mi mamá no la conozco y mi papá de vez en cuando viene, mis hermanos ya tienen familia y no se preocupan por mí, saben dónde estoy pero no me buscan ni nada. Tengo un amigo que conocí en el hospital que a veces me invita a comer a su casa, pero me fastidio, prefiero estar aquí y me gusta porque me está salvando la vida, no estoy afuera haciendo cosas que no debo, me siento bien de ayudar a los compañeros, hago el que hacer y me despejo de la mente.

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