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Casa Árbol de la Vida es una Asociación Civil que desde sus orígenes ha recibido a cientos de enfermos terminales que se encuentran en situación de abandono y les ha dado no solo la oportunidad de tener un lugar donde dormir, comer y ser atendidos, sino también de compartir su experiencia con otras personas para transmitir un mensaje de vida y al final, un lugar donde puedan morir dignamente. Dichas enfermedades son Cáncer, VIH/SIDA, Parálisis Cerebral, Alzheimer, Epilepsia, Esquizofrenia, Cirrosis y Retraso Mental, por mencionar algunas. Salen adelante por medio de donativos en especie, económicos y recursos forjados por ellos mismos.

lunes, 14 de junio de 2010

Años de sufrimiento


Me llamo Víctor Hugo Martínez tengo 32 años, llegue aquí a Árbol de la Vida gracias a Dios, él me ayudo a través de años de sufrimiento, yo estoy infectado de VIH, me costó mucho trabajo superarlo y el día de hoy me estoy dando la oportunidad de ver la vida de otra forma, de otra manera, hoy siento, pienso y estoy seguro que Dios está conmigo y por eso le tengo que echar muchas ganas porque si volviera a mi pasado a ver aquel sufrimiento que una vez tuve, no me agradaría, yo lo que digo es que debo pensar positivamente, nada negativo porque el día de hoy tengo que salir adelante por mis seres queridos y toda mi familia.
Llevo aquí desde el 11 de Enero del 2010, antes de esto estuve en un grupo de adicciones, hice una experiencia, desde Julio del 2009 ya no he ingerido drogas ni alcohol, pero para mí no cuentan los días ni el tiempo, en lo personal, cuenta el motivo de ¿por qué estoy todavía aquí?,¿ porqué Dios me ha dejado vivir todavía?, eso es lo que cuenta para mi, el tiempo es lo de menos, no creo que mi vida dependa del tiempo, sino de mis acciones, ¿cómo yo me comporto?, ¿cómo sea yo el día de hoy? y eso me da mucha fortaleza porque Dios está conmigo y si ve que me estoy cayendo él me va a volver a levantar porque yo ando un camino grande, para mi es genial eso.
En mi infancia estudiaba, después viví en la calle, internado en correccionales, pero jamás me drogue, cuando fui mayor de edad llegué al reclusorio, me la pasé encerrado también, realmente no había disfrutado mi vida como ahora ya lo hago, por que el día de hoy ya vivo feliz, anteriormente no lo hacía, pero no puedo decir que no estaba infectado y era feliz porque nunca supe lo que era vivir sin la infección afuera, se me diagnóstico la infección ya estando dentro del reclusorio y aquí tengo una segunda oportunidad.

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